Al igual que con los vinos, el café puede ser catado y así permitir reconocer y categorizar sus cualidades.
Para comenzar en este camino, lo primero que debes tener dominado es el lenguaje cafetero. Es necesario manejar un vocabulario sensorial, ya que esto nos permitirá saber por qué motivo ciertos granos son más de nuestro gusto y otros no los podemos pasar.
Otro factor importante para catar un café es aprender a saborear. Las principales categorías con las que podemos clasificar un sabor es su dulzura, cuerpo, acidez y retrogusto.
Los elementos más difíciles de aprender a detectar en un comienzo es el cuerpo y el retrogusto. El cuerpo, es el peso y la sensación que nos deja el café, siendo liviano o pesado. El retrogusto por su parte es la sensación que nos queda en boca a los 5 minutos después de terminar nuestra taza, siendo en ciertos casos fugaz o persistente.
Manejando estos elementos ya puedes lanzarte al camino de una cata de café. Te recomendamos iniciar este entretenido proceso con las tazas de café que tomas en las mañanas, y ya cuando tengas más experiencia empieza a preparar más de una variedad para entrenar a tus sentidos.
Ahora que estás listo para ser un catador, te invitamos a visitar nuestra web y encontrar distintas variedades de granos con las que podrás practicar y así convertirte en todo un experto.