La acidez es una de las características más destacadas de un café, pero la forma en que lo percibimos puede variar mucho de un grano a otro.
Para algunos cafeteros, la acidez del café no es algo tan importante, y si fuera por ellos la eliminarían de las preparaciones. La acidez no es algo bueno ni malo, sino que es uno de los sabores que podemos percibir del café, y el que se integra a su esencia.
La acidez cambiará dependiendo del entorno en que se cultiva, ya que este produce naturalmente este sabor. Otros factores que permiten un cambio son la variedad, el clima, la elevación y el procesamiento por el que pasa. Por ejemplo, entre más altura, el grano madura más tarde debido a las bajas temperaturas, lo que da como resultado un café con sabores más complejos y alta acidez. Un café cultivado a una altura baja, nos dará como resultado unos granos con acidez baja.
El tostado del café también afecta el nivel de acidez que tendrá nuestra preparación. Un tueste más largo puede reducir la percepción de acidez que tendrán los granos. En otros casos, cuando el tostado se detiene demasiado pronto, este puede quedar con un toque agrio.
Otro factor que influye en esto es la preparación, ya que el café que no se extrae completamente nos dará como resultado una variedad con acidez equilibrada y sin tanto dulzor, ya que este último elemento queda encerrado en los granos.
Igualmente, sabemos que el café, al igual que el vino, tiene una amplia expresión de sabores, lo que nos lleva a una exploración mucho más amplia. Pero si te interesa probar variedades con un alto nivel de acidez, lo mejor es probar granos con un proceso natural.
Ahora que conoces un poco más, cuéntanos en los comentarios si te gustan las variedades con altos niveles de acidez, y cuál de esas variedades es tu favorita.