El formato en que venga nuestro café es fundamental para la experiencia que tendremos. Moler los granos manualmente nos permitirá aprovechar al máximo las propiedades de esta milenaria bebida
Entre los amantes del café, no es raro hablar de las notables diferencias que existen entre el café de grano recién molido y el clásico premolido. Tener la oportunidad de moler tus propios granos te permite entrar en una experiencia totalmente placentera para tus sentidos, desde el inicio de la preparación hasta el fin de la taza del café.
Una de las principales ventajas del café de grano es lo bien que se conserva, pasando semanas enteras sin alterarse ni ver reducida sus propiedades. Un café recién molido se puede identificar rápidamente por la intensidad en su aroma y las exquisitas notas de sabor que deja en el paladar.
Cuando ocupamos alguno de los métodos para moler los granos, tenemos que tener en cuenta qué café haremos y qué instrumento utilizaremos, ya que la mayoría de las máquinas utilizan tipos de molido distintos, siendo algunos más finos y otros más gruesos.
¿Cómo moler los granos?
El método más sencillo y accesible para moler nuestros granos de café es contar con un moledor en nuestro hogar. Existe una gran variedad de estos, y van desde los más simples hasta los más exclusivos y tecnológicos, los que nos permitirán ajustar el café a nuestra necesidad. Es recomendable consumirlo en un periodo corto de tiempo, ya que si se deja mucho al exterior, se expondrá al contacto con el oxígeno, el que puede disminuir sus capacidades.
Si quieres experimentar con los granos de café y no cuentas con los instrumentos necesarios, te invitamos a nuestra tienda online, donde podrás encontrar nuestros distintos tipos de moledores y una gran variedad de granos. El lugar para iniciar tu viaje en el mundo del café de especialidad.