Un café puede tener un aroma y retrogusto totalmente diferente, pero ¿por qué pasa esto?
El retrogusto de un café se refiere a los sabores y aromas que quedan en la boca después de probarlo, y esto puede variar mucho, sin importar el tipo o calidad del café que se prepare. Puede que una variedad tenga un sabor exquisito al probarlo, pero a los 15 minutos, el retrogusto se puede convertir en ceniza o metal.
Todo el retrogusto radica principalmente en el sabor, y es el resultado de distintas moléculas que permanecen en boca por un tiempo más prolongado que otras después de tragar el café. Estas moléculas pasan a la cavidad nasal, motivo por el cual se sigue experimentando el aroma después de consumir la taza de café.
Las moléculas de aromas necesitan vaporizarse para llegar a la cavidad nasal, y generalmente las que son de un mayo tamaño tardan más en escapar del líquido y llegar a la cavidad nasal. Estas moléculas mencionadas, generalmente son las que se crean a partir de la destilación seca en el tostado, y están asociadas con sabores amaderados, picantes y a cenizas.
Las moléculas menos solubles en agua también permanecen en la boca después de la ingestión, ya que es más probable que se unan o se disuelvan en los aceites del café. Después de ingerir el café, los aceites recubren la boca y retienen las moléculas de olor, las que se van disolviendo gradualmente en la saliva. Estos compuestos que se disuelven en el aceite llevan muchas de las notas amargas y tostadas del café.
Lo explicado anteriormente nos da una respuesta del por qué el retrogusto es generalmente menos agradable que el sabor que nos deja un primer sorbo. ¿Has sentido estos retro gustos? Coméntanos qué tal tu experiencia con cada variedad de café que recuerdes.