Existen muchos mitos al respecto de la mejor manera para conservar tus granos, por lo que a continuación aclararemos las ventajas de cada método.
Lo primero que debemos saber sobre el almacenamiento de los granos es que es fundamental tenerlos en un lugar fresco, no frío. Así que si pensabas que el refrigerador era el mejor lugar para esto, estabas en un pequeño error.
Los granos atraen naturalmente la humedad, por lo que si se exponen a bajas temperaturas, comenzarán a condensarse y a sudar, lo que afecta negativamente el sabor que tendrán.
Al igual que el frío extremo, el calor extremo es malo para los granos de café. El calor también genera que los granos suden. Además, acelera el proceso de envejecimiento, haciendo que los granos se añejen más rápido.
El correcto almacenamiento de los granos sí tiene un impacto significativo en la taza de café que resultará posterior a su molienda. Lo ideal para guardarlos es en un lugar fresco y seco, lejos de condiciones extremas como el calor o el frío. Generalmente, un lugar que cumple con estas condiciones es la alacena, pero los granos deben estar si o si en un recipiente .
Si no ponemos los granos en un recipiente hermético, es probable que los granos se pongan rancios más rápido de lo que deberían. Esto sucede porque el oxígeno hace que los granos se oxiden. Entre menos oxígeno, mejor. Otro tip para mejorar su guardado es tenerlos en un recipiente opaco, ya que los transparentes no entregan una mayor protección contra los rayos del sol.
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